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Foto del escritorMiguel González Graniel

Abrazando el aburrimiento del marketing digital moderno

Ilustración de una persona reflexionando frente a una computadora, representando la monotonía y el enfoque en el marketing digital moderno.

Cada lunes me siento frente a la computadora, a veces con más inspiración, a veces con menos. Lo importante es escribir y no perder la constancia; de lo contrario, cada vez se vuelve más fácil encontrar una excusa para no hacerlo.


Ahora mismo podría estar en un restaurante con mi esposa, jugando con mis hijas o viendo las luchas, pero aquí estoy, escribiendo. Y ¿saben qué? Hoy no tengo muchas ganas de hacerlo.


¿Pueden culparme? Podría pedirle a ChatGPT que redactara un ensayo de 600 palabras sobre la monotonía del marketing moderno para empresas pequeñas y medianas, y cumplir con la cuota semanal sin mayor pena ni gloria (spoiler alert del resto de este texto).


Aun así, intentaré aclarar lo suficiente mis ideas como para encontrar algo interesante en medio de esta prosa desordenada.


Así que, en este nebuloso paraje de ideas sin desarrollar y series de Netflix por ver, me puse hablemos sobre la monotonía del marketing digital moderno y cómo puede ser beneficioso abrazarla.


Mi premisa: el marketing digital para empresas pequeñas y medianas es monótono… y un poco aburrido.


A lo largo de mis 15 años de carrera en esta industria, he visto cómo ha evolucionado el marketing digital: desde los rudimentarios inicios del SEO, junto con la breve panacea del alcance orgánico en Facebook, hasta la actual bestia devoradora de pauta que es Meta.


En todo este tiempo, he aprendido a valorar algo en particular para mantenerme relevante en la industria: la experimentación es la piedra angular para entender cómo funcionan los algoritmos de las plataformas y saber qué mensajes tendrán el mejor impacto en tu audiencia.


Los marketers más experimentados sabemos cómo gastar la menor cantidad de dinero para identificar lo que funciona mejor. ¿Por qué? Porque ya hemos gastado demasiado en campañas que sí han funcionado... y también en las que no. Como diría Mark Ruffalo: "Ese es mi secreto, capitán. Siempre estoy gastando dinero."


A veces, el éxito de una campaña depende de usar una frase un poco diferente o de acomodar los gráficos de otra manera en el arte. Pero, en el marketing digital moderno, el proceso se reduce a:


Intentar algo - gastar - medir resultados - ajustar - repetir.


Ilustración minimalista de una persona frente a la pantalla, destacando la importancia de la paciencia en el marketing digital moderno.

Este ciclo evidencia que el éxito depende de las pequeñas adecuaciones de mejora continua. Y, con el perdón de Dios, la mejora continua puede ser algo tediosa.


Entonces, si es tan aburrido, ¿por qué seguir haciéndolo?

Espera, vaquero, para ahí voy. Permíteme explicarme.


Abrazar el lado aburrido del marketing digital moderno puede ser un aliado poderoso en contra de muchos vicios empresariales modernos.


La mejora continua funciona como un reloj de arena: grano a grano, el tiempo pasa e, idealmente, los resultados mejoran.


Nos obliga a ser pacientes. De lo contrario, corremos el riesgo de interpretar los resultados de forma equivocada y tomar decisiones contraproducentes. Decisiones que pueden llevarnos a perder dinero sin saber por qué.


La paciencia es una de las virtudes más valiosas en una sociedad que se ahoga en el scroll infinito de Instagram y TikTok. Y se puede trabajar durante esos momentos de aburrimiento, que también son ideales para estimular la creatividad.


Considera al aburrimiento como una musa sigilosa en la búsqueda de nuevas ideas. Es tan desagradable que nuestro cerebro comenzará a buscar formas de entretenerse para no volverse loco.


En 1990, J.K. Rowling estaba en un tren retrasado de regreso a Londres, viajando sola después de un fin de semana buscando apartamento en Manchester, cuando la imagen de un joven delgado con gafas apareció en su mente.


"No tenía un bolígrafo y era demasiado tímida para pedir uno a alguien en el tren, lo que me frustró en ese momento," dijo en una entrevista en 2016. "Pero, mirando atrás, fue lo mejor que me pudo pasar. Me dio las cuatro horas completas en el tren para pensar en todas las ideas para el libro."


Imaginen si, en lugar de pensar en Harry Potter, Rowling hubiera tenido un iPad con todas las temporadas de Friends.


¿Cómo me va a ayudar esto con mi negocio, Kimosabi?


Uno de los vicios más comunes que he observado en muchos empresarios modernos, especialmente en los jóvenes, es su dificultad para dejar que las cosas maduren, lo cual se traduce en tres problemas perjudiciales para la longevidad empresarial y personal.


·       Expectativas de crecimiento imposibles.

·       Adicción a la dopamina de la inmediatez.

·       Desgaste y culpabilidad debido al fantasma de la eficiencia perpetua


Gráfico conceptual que representa los desafíos de la creatividad en el marketing digital moderno

Explico: Las expectativas de crecimiento imposibles surgen cuando una nueva generación de empresarios cree que, por el simple hecho de comenzar a invertir en plataformas digitales, obtendrán un retorno mucho mayor al invertido.


Esto suele ser resultado de la influencia de los feeds de noticias de otros empresarios exitosos, o de las francas mentiras de cuentas que promueven estilos de vida de millonarios de la noche a la mañana.


La adicción a la dopamina se manifiesta en cuántas veces sacamos el celular para evitar momentos aburridos, como hacer fila en el supermercado o ir al baño.


Tenemos mil cosas para distraernos, brindándonos una sensación de movimiento y avance perpetuo. Contra intuitivamente, esta saturación de micro distracciones inhibe nuestra capacidad de tomar distancia de los problemas y ver el “bigger picture”, llevándonos a tomar decisiones apresuradas y miopes.


Finalmente es importante mencionar un problema serio en la comunidad empresarial moderna: la necesidad de SIEMPRE estar produciendo.


Byung-Chul Han, en su libro, La Sociedad del Cansancio, nos dice que nos encontramos en un mundo saturado de posibilidades. Lo que quiere decir que es el mismo individuo el que se ha subido a la máquina de producción, bajo el precepto de que siempre se puede estar produciendo.


¿Tienes un momento de descanso? Escucha un podcast para aprender algo nuevo.


¿Vas a cocinar algo? Por que no pones en el fondo el nuevo programa de tiburones empresariales.


¿Estas en tu casa en cama porque estas enfermo? Es el momento perfecto para dedicarle un tiempo al sagrado evangelio según nuestro señor Kiyozaki.


 Hacer ALGO todo el tiempo, cansa. Producir todo el tiempo, desgasta. Y lo peor, es que cuando no estás produciendo, te sientes culpable.


En el Marketing Digital, estas tres características confabulan para producir resultados deficientes y mediocres.


Las expectativas de crecimiento imposibles nos llevan a descartar ideas potencialmente buenas pero que necesitan madurar. La adicción a la inmediatez ocasiona que tomemos decisiones sin todos los datos disponibles. La necesidad constante de producir evita que nos tomemos el tiempo necesario para dejar que nuestro cerebro piense con creatividad.


Trabajar con empresas medianas y pequeñas te obliga a sustituir los recursos con paciencia y creatividad. Y enfatizo: PACIENCIA.


En el marketing digital moderno, esto se traduce en períodos de espera y pequeñas adecuaciones para mejorar constantemente (como mencioné antes), y eso puede ser aburrido.


Para el empresario que hace sus propias campañas, esto puede ser frustrante. Pero si logra asimilar esos periodos de aburrimiento, puede encontrar alternativas menos evidentes para mejorar sus resultados.


En conclusión


El aburrimiento es desagradable, pero necesario tanto para el proceso creativo como para la maduración de nuestras campañas.


No subestimes el valor de la espera, especialmente cuando tienes recursos limitados para una campaña. La desesperación puede llevarnos a hacer cambios que nos nublen la vista en cuanto a resultados, provocando que no sepamos qué aspectos de nuestra campaña están generando pérdidas.


Por mi parte, he aprendido a valorar los momentos aburridos de mi trabajo.

Finalmente, me encuentro, casi 1300 palabras y 1 hora después, con un texto interesante tras una jornada de trabajo aparentemente intrascendente.


Si quieres que me encargue de tus aburridas campañas de marketing, no dudes en escribirme por WhatsApp.





Y, como siempre, muchas gracias por leer.

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