En 1995 fuimos testigos del nacimiento de un gigante que dominaría por completo su campo y marcaría el punto de referencia en cuanto al arte de la animación se refiere.
1995 fue el año en que todos volteamos a ver a nuestras repisas para recordar los buenos momentos que tuvimos en la infancia junto a nuestros juguetes o, si eres como yo, los volteabas a ver con miedo ante una inminente venganza por haberlos utilizado como pines de bolos improvisados. 1995 fue el año en que Pixar, a través de Toy Story, marcó un antes y un después en el campo de la animación moderna.
Pixar ha sido una fuerza dominante en la industria desde su nacimiento. Si continua racha de cuadrangulares es impresionante (si todos colectivamente decidimos olvidar que la franquicia de Cars y The Good Dinosaur alguna vez existieron). Esta empresa tiene el gran mérito de crear no sólo arte, sino arte para las masas. Pixar es uno de esos pocos estudios capaces de unificar criterios entre crítica y audiencia en cada película que crean, después de todo, ¿quién podría otorgarle un título menor al de “Obra Maestra” a películas como Wall-E, Up o Finding Nemo?

¿Quién más podría hacer de un bote de basura ambulante, un personaje conmovedor?
Además de una técnica que ha revolucionado la industria, las películas de Pixar resuenan con la audiencia por la simple y sencilla razón de que saben contar una historia. Recuerden que en el cine, como en la vida, guión mata efectos especiales (te estoy viendo a ti, Zack Snyder). Ellos saben que el aspecto visual no significa nada sin una historia cautivadora con personajes con los que puedas identificarte. Quizás esta es la razón por las que Emma Coast (ex story artist de Pixar) decidió tuitear sus 22 reglas del Storytelling.
Estas reglas son aplicables a cualquier campo, después de todo, ¿qué acaso no todos tenemos una historia que contar, pero muchas veces no sabemos cómo?
Admiras a un personaje por su esfuerzo, más que por sus éxitos
Tienes que mantener en mente lo que es interesante para tu audiencia, y no sólo lo que es divertido hacer como escritor. Pueden ser cosas muy diferentes.
Tratar de mantener una temática es importante, pero nunca verás lo que la historia realmente es hasta el final, ahora vuelve a escribir.
Había una vez ___, todos los días ___, un día___, debido a eso___, debido a eso___, hasta que finalmente___.
Simplifica, enfócate, combina personajes, salta las desviaciones. Sentirás que estás perdiendo cosas valiosas pero te sentirás más libre.
¿Para qué es bueno tu personaje? ¿Cómo se siente cómodo? Haz que se enfrenten a cosas completamente opuestas. Rétalos. ¿Cómo se las arreglan?
Define tu final antes de escribir la parte media, en serio. Los finales son difíciles, termina esta parte de primero.
Termina tu historia, déjala ir aunque no sea perfecta. En un mundo ideal podrías tener ambas, pero mejor sigue adelante, mejora en la siguiente ocasión.
Cuando tengas un bloqueo, haz una lista de lo que no debe pasar después. Muchas veces, el material que te permitirá desbloquearte aparecerá.
Separa las historias que te gusten. Lo que te gusta en ellas es parte de ti; tienes que reconocerlas antes de utilizarlas.
Poner las cosas en papel te permite empezar a arreglarlas. Si se queda en tu cabeza, nuca podrás compartirla con nadie.
Desecha lo primero que se te venga a la mente, también lo segundo, tercero, cuarto y quinto. Quita del camino lo obvio. Sorpréndete.
Dale opiniones a tus personajes. Pasivo/maleable puede parecerte agradable mientras escribes, pero es veneno para tu audiencia.
¿Por qué debes contar ESTA historia? ¿Cuál es la creencia que arde dentro de ti de la que se alimenta? Ese es el corazón de ella.
Si tu fueras tu personaje, en esta situación, ¿cómo te sentirías? La honestidad le otorga credibilidad a situaciones increíbles.
¿Cuáles son las apuestas? Danos una razón para animar al personaje. ¿Qué pasa si no tienen éxito? Pon las posibilidades en contra de ellos.
Ningún tipo de trabajo es desperdicio. Si no está funcionando, déjalo ir y sigue adelante; regresará después para ser útil.
Tienes que conocerte a ti mismo. La clave para lograr tu mejor historia es probando, no refinando.
Las coincidencias para que tus personajes se metan en problemas son geniales; las coincidencias para sacarlos de ellos es hacer trampa.
Ejercicio: toma los bloques de una película que no te guste. ¿Cómo podrías reordenarlos para obtener algo que sí te guste?
Tienes que identificarte con tus personajes y situaciones, no puedes solo escribir “cool”. ¿Qué es lo que ocasionaría que actuaras así?
¿Cuál es la esencia de tu historia? ¿Cuál es la forma más económica para contarla? Si sabes eso, puedes empezar a construirla desde ese punto.
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